yandex
logincomunidades

Relato erótico : Trío con mi ex y una jovencita sudamericana

Ana y yo habíamos roto hacía algo más de dos semanas. Las cosas llevaban ya un tiempo sin ir bien, nuestros encuentros íntimos eran aburridos y escasos. Se que estas cosas pasan cuando las parejas llevan mucho juntas.

Cuando le propuse hacer un trío, la cosa empeoró aún más. Yo pensaba que la idea le encantaría, y lo único que conseguí es que prácticamente dejara de hablarme. A la semana siguiente se fue de viaje de trabajo y cuando volvió, por sorpresa y sin avisar, un día antes de lo previsto, me pilló haciéndole un griego a una escort barata catalana. Lo hizo a posta, lo sé, volver antes porque sospechaba, y encima estaba lo del griego , que ella siempre se había negado.

Desde que rompimos no había estado con nadie, ni siquiera me había masturbado. Pero ese sábado me había levantado como un toro, así que me fuí con Pablo de copas, estaba ya que me iban a reventar los testículos. Cuando ya estábamos entonados, mi amigo cogió su móvil y me enseñó la pantalla para mostrarme el contacto que iba a marcar: escorts Barcelona. Se fue hacia el baño con el teléfono en la oreja. Para eso están los amigos coño, para saber lo que uno necesita en cada momento.

Entonces la ví, joder, mierda, allí estaba Ana, guapísima. Iba muy arreglada, labios rojos, minifalda. Me dolió ver que iba vestida para pedir guerra, hacía siglos que no se vestía así. Estaba sentada en la barra con otra chica, parecía sudamericana, muy atractiva, con buen culo, pelo negro y cejas muy pobladas. Ana le puso la mano en el muslo, se miraban a los ojos y, hostia no puede ser, empezaron a besarse. Ella no me había visto y yo me quedé pasmado.

Siguieron hablando y riendo, y cuando Pablo volvía se encontraron de frente, así que se saludaron. Pablo señaló hacia mí, incómodo, y no tuve más remedio que acercarme. Para mi sorpresa Ana estuvo muy simpática, nos presentó a la chica, Rosario, e incluso nos invitó a una copa. Rosario empezó a tontear conmigo, con esa forma de hablar lenta y cariñosa, rozándose al moverse en la silla con sus caderas. Yo miraba de vez en cuando a Ana, que parecía feliz, su sonrisa era como la de otros tiempos y estaba tremenda. Yo tenía el paquete que me iba a reventar, porque Ana seguía gustándome más que nadie y el culo de Rosario pedía a gritos que alguien lo tratara bien.

Para redondear la noche llegaron las dos putas, un poco exageradas y llamativas, pero a esas alturas es posible que Ana simplemente pensara que eran amigas de Pablo, que las acaparó para evitar males mayores. Pasamos un buen rato, y luego Pablo propuso seguir en su casa, que no estaba lejos. Yo le miré con reprobación, estaba loco, llevar a Ana con las putas a su casa, y a Rosario joder, que hace un rato estaban besándose…pero él pasó de mí.

Después de un mínimo tiempo prudencial, Pablo se llevó a las dos escorts a su habitación, menudo cabrón, iba a sacar ventaja de esta situación tan rara. Yo fui al baño, a refrescarme, porque tenía un calentón muy gordo y estaba demasiado borracho para irme a casa. Cuando volví al salón Ana estaba en sujetador, sentada en las rodillas de la sudamericana comiéndole la boca. Se giró hacia mí y me tendió la mano. Empezaron a besarme y desnudarme, yo me volví loco, la cara de Ana, sus grandes pechos , el culo de Rosario. Yo mordía y besaba. Rosario empezó masturbarme mientras Ana me ofrecía su vagina para mamárselo. Estaba totalmente rasurada, eso también era nuevo en ella. Cuando empezó a gemir de placer comencé a estimularle el ano. Le gustaba, nunca antes se había dejado. Rosario sacó del bolso condones y lubricante, venía preparada. Yo estaba en el cielo.

Publicaciones relacionadas: